El diputado Omar Bazán Flores presentó una iniciativa con carácter de Decreto con el propósito de expedir la Ley de Economía Circular para el estado de Chihuahua.
En su exposición de motivos, el legislador expresó que a través del tiempo la humanidad ha experimentado una evolución constante en todas sus expresiones y con ello han ido cambiando sus necesidades, y así como las necesidades han evolucionado también lo hacen las formas de satisfacerlas o cubrirlas, tales como la creación de bienes, productos y servicios, sin embargo y particularmente en los últimos 70 años la humanidad ha basado su forma de vida en la extracción y transformación de recursos naturales para dichas necesidades de la colectividad, a esto lo conocemos como modelo de economía lineal.
No obstante, este modelo presenta un estancamiento y un peligro para la sociedad y el mundo que habitamos pues mantiene a los ecosistemas en una presión constante y una degradación continua, no sólo por la extracción directa de recursos limitados o agotables, sino por los residuos y emisiones a la atmósfera derivados de los diferentes procesos de transformación necesarios para la obtención de dichos recursos y la generación de bienes productos y servicios.
Sin lugar a dudas, uno de los aspectos que genera un impacto decisivo y sumamente nocivo es la economía del usar y desechar.
Éste modelo ha generado un volumen sin precedente de residuos, acortando cada vez más el tiempo de utilidad y vida de los productos y servicios, generando niveles de basura nunca antes vistos, cuestión que deriva en una serie de impactos al ambiente y que juntos propician un aumento en el cambio climático y el calentamiento global, aumentando el riesgo de fenómenos catastróficos, poniendo en riesgo la vida de seres humanos y de todas las especies animales y especies vegetales existentes.
Si bien es cierto que desde décadas anteriores se han implementado diferentes estrategias para contribuir a disminuir el impacto ambiental de la actividad humana, la LEY DE ECONOMIA CIRCULAR, presenta una nueva oportunidad para generar un cambio oportuno en las nocivas conductas económicas que el ser humano tiene actualmente, sin mencionar el beneficio que generaría en el medio ambiente inmediata y gradualmente.
Del mismo modo, la ley de economía circular crea un cambio de paradigma en la manera en que producimos, aprovechamos y desechamos los bienes y/o servicios desde su proceso productivo hasta en la percepción social del consumo de productos. Sin embargo para producir un cambio de percepción se requiere generar un proceso de información suficiente y necesaria para la correcta aplicación y aprovechamiento de este modelo económico y de nuestro papel en la economía, así como del impacto directo que se generaría en nuestro entorno.
Uno de los objetos de la implementación de la misma promueve el reciclaje de los productos, con el fin de que su valor, así como los materiales y los propios recursos prolonguen su vida y permanencia en la economía tanto tiempo como sea posible, logrando reducir al mínimo la generación de residuos generados.
Resulta indispensable que como estado libre y soberano y como parte de la República Mexicana actuemos en concordancia con lo establecido en nuestra Carta Magna, Leyes y Reglamentos y los Tratados Internacionales de los que el Estado Mexicano forme parte, atendiendo a esto
