El Telescopio Espacial James Webb (JWST), una potente «máquina del tiempo» con el que se aspira a desentrañar la formación del mundo, va a ser lanzado entre el 31 de octubre y inicios de diciembre, precisaron este martes las 3 agencias espaciales que permanecen detrás de este plan.
Esta tarea conjunta de la de Estados Unidos NASA, la europea Dicha y la de Canadá CSA poseía ya su fecha fijada para finales de octubre, sin embargo el margen de maniobra se amplía frente a probables eventualidades en la preparación del instrumento en sí, de su cohete, el Ariane 5, o de las instalaciones del puerto espacial europeo de Kurú, en la Guayana Francesa.
La probabilidad de que esclarezca los principios de las galaxias y de las estrellas encierra la promesa de modificar «no lo único que comprendemos, sino cómo pensamos como humanos», agregó el experto, que travesía que va a ser capaz de enseñarnos el cosmos «como no lo hemos observado jamás».
Va a ser el más enorme y potente que se ha lanzado nunca al espacio y tardará un mes en llegar a su órbita, a un millón y medio de kilómetros de la Tierra.
Ofrecerá una vista inédita del cosmos a longitudes de onda del infrarrojo cercano y el infrarrojo medio y dejará aprender una extensa variedad de objetos celestes, a partir de galaxias vecinas hasta los confines del mundo más distante.
James Webb: Resolución y capacidad inéditas
Su espejo primario, a modo de panal con 18 segmentos hexagonales, mide 6,5 metros de elevación, ante los 2,4 del Hubble, y ayudará a ver a eso que ocurrió hace unos 13 mil 500 millones de años, mil millones más que el otro telescopio.
El telescopio tiene una elevación de 8 metros y su parasol, una vez desplegado, la medida de una pista de tenis, por lo cual uno de los desafíos logísticos es su instalación en un cohete de 5,4 metros de diámetro, doblado como si fuera origami, conforme con la Dicha.
