La nueva magistrada del Tribunal Estatal Electoral Adela Jiménez Carrasco, escribió ayer en sus redes sociales de Facebook, su versión de la llamada que tuvo en mayo de 2018 con el entonces gobernador Javier Corral, en donde se ponían de acuerdo para retirar de la presidencia al entonces presidente del Tribunal Superior de Justicia Julio César Jiménez Castro.
Dicha llamada fue exhibida esta semana en el Senado de la República por el congresista Mario Vázquez del PAN.
Lo anterior, antes de que Morena y sus partidos aliados en el Senado finalmente impusieran a Jiménez y otros 40 perfiles afines al régimen morenista, en distintos tribunales electorales en el país.
Textualmente Adela Jiménez escribió.
Una trayectoria profesional impecable sólo puede tratar de ser destruida con infundios y, en mi caso, dada la solidez de mi carrera profesional, nada es lo que pueden conseguir. Y no lo digo yo, lo corrobora mi permanente ascenso en mi desarrollo jurisdiccional y lo avalan las casi tres décadas en que, por más que han intentado, para denostarme sólo han podido sacar a la luz pública, una, y otra, y otra vez durante diez años, una llamada telefónica institucional MANIPULADA Y SACADA DE CONTEXTO.
Soy una profesional de la función jurisdiccional que, habiendo pasado por todos los escaños de la carrera judicial, me convertí en una mujer incómoda a los intereses de ciertas figuras políticas que han llegado a ocupar puestos públicos mediante componendas a las que nunca me presté; es pública mi postura independiente, imparcial y mi carácter insumiso. A lo largo de mi carrera profesional, en más de una ocasión se me pidió, sugirió y hasta exigió que me sumara a acciones con las que no estuve de acuerdo y eso, en el sórdido mundo de la política, se paga con ataques. Pues por más que me han buscado, como no tengo “cola que me pisen”, no les quedó más que valerse de la comisión de un delito para, a través de UNA LLAMADA TELEFONICA MANIPULADA aparentar una supuesta negociación con el exgobernador de Chihuahua.
No, que no se equivoquen, quienes han hecho las cosas mal son quienes tienen diez años insistiendo en que una respuesta educada se traduce en sumisión, ¿de verdad hay quien me crea sumisa?, ja ja! Hasta irrisorio es creer que una mujer de mi carácter pueda tener una conducta sumisa, a nadie le he entregado mi congruencia y honorabilidad, por eso, por más que le buscan, no encuentran nada y no les queda más que, en su sucio juego al que están muy acostumbrados, delinquir y violentar sin pudor y sin más argumentos que esa misma cantaleta. No pueden hacer otra cosa porque mi impecable carrera y honorabilidad profesional no les permite más que manipular y delinquir -en eso tienen mucha experiencia-. Tienen diez años atacándome con lo mismo, una llamada telefónica ALTERADA mediante la cual me acusan de una falsedad, y SON ELLOS QUIENES MIENTEN; no tienen más porque no hay más.
A lo largo de mi carrera, mucho he aportado a la defensa de los derechos humanos de las mujeres: en la función jurisdiccional que he desempeñado con total responsabilidad e independencia, en las aulas en las que he impartido cátedra durante décadas, así como en decenas de foros, congresos y procesos de elaboración de propuestas de protocolos de la Corte, entre muchos otros ámbitos de incidencia; lo he hecho convencida de que las mujeres merecemos verdaderas oportunidades de desarrollo; lo irónico es que, habiendo allanado el camino para que las mujeres lleguen a los puestos de toma de decisiones, sea bajo su mandato que me haya convertido en blanco de ataques infundados; es vergonzoso que en una entidad en que los tres poderes del estado son encabezados por mujeres, se siga protegiendo violentadores y delincuentes.
No entienden lo que es la decencia, la honorabilidad, el decoro, el trabajo comprometido y la incorruptibilidad; yo sí, y en medio de la podredumbre en la que se desenvuelven, no me lo perdonan; por eso mienten, violentan y delinquen. Son ellos los corruptos, y estos diez años de ataques infundados, los pintan de cuerpo entero. Yo soy esta, la que se sostiene de una carrera profesional impecable. Y eso no se puede destruir.
HOY EMPIEZO UNA NUEVA ETAPA EN MI VIDA PROFESIONAL y estoy muy contenta de poder continuar ahora como Magistrada Electoral impartiendo justicia como siempre lo he hecho, con perspectiva de género», finalizó.
