Existe un solo escenario en el que el deporte y la música se unen, no para quitarse protagonismo, sino para complementarse y dar a sus fans una de las noches más impresionantes de ambos mundos: el Super Bowl.
Este año, el elegido para actuar en el show del medio tiempo es el músico y productor Usher. Aunque el músico lleva casi un año fuera de la escena musical, sabe que las expectativas son muy altas, por lo que decidió inspirarse en una de las figuras más icónicas de todos los tiempos, nada más y nada menos que Michael Jackson.
Pero la historia de Jackson y la final de la NFL se remonta mucho más allá de Usher, específicamente al año 1993, cuando el llamado «Rey del pop» realizó el primer espectáculo y cambió, para siempre, la historia de la liga.
Antes de Michael la Liga Nacional de Futbol había visto caer su audiencia, pues competían con otros eventos que lograban robar la atención, especialmente en los descansos que, hasta ese año, eran realizados, en los 60, por bandas de marcha locales y en los 70 y 80 por músicos de jazz.
Sin embargo, para los 90 decidieron cambiar de estrategia, fue entonces que apareció Michael en el panorama. De acuerdo con información de ESPN, la liga estuvo buscando al intérprete por tres años, hasta que para el Super Bowl del 31 de enero de 1993 accedió a presentarse.
El escenario fue el Rose Bowl de Pasadena, en California; los Búfalos caían ante los Vaqueros y la hora del descanso para los jugadores había llegado. La noche ya comenzaba a asomarse y un cronómetro apareció en las pantallas del estadio. Entonces la imagen de Jackson apareció y, como si se tratara de magia, atravesó los monitores para hacerse presente en los extremos del lugar, desatando los gritos del público.
Pasaron solo unos cuantos segundos y del escenario que se encontraba en medio de la cancha emergió una figura delgada, vistiendo un traje militar negro y unas gafas oscuras. Jackson dejó que el público lo ovacionara por, al menos, dos de los 12 minutos que duró su presentación y comenzó con «Jam» para después dar paso a «Billie Jean», «Black or White» y «We are the world».
Jackson no necesitó más que un par de grúas que hacían mover las luces, algunos bailarines, humo y fuegos artificiales para lograr que su show fuera visto por 133 millones de personas, convirtiéndolo así en uno de los más vistos hasta el día de hoy.
Fue entonces que el cantante cambió para siempre la industria del entretenimiento deportivo y fue un parteaguas para que la NFL comenzara a buscar a grandes estrellas para sus próximas finales, pero el reto ya era grande.
Después de Jackson se han presentado artistas como U2, Madonna, The Rolling Stones, Paul McCartney, Coldplay, Beyoncé, Lady Gaga, Aerosmith y Shakira, solo por mencionar algunos; y se ha convertido en el espacio más rentable para las marcas y estrellas que buscan subir su popularidad.