Hace no mucho, cuenta Joaquín Cosío, integrantes del Partido Acción Nacional (PAN) le ofrecieron ser alcalde de Ciudad Juárez, Chihuahua, argumentando que así podría hacer algo por el lugar que lo vio crecer.
“Sabemos que a ti la política nada más no, pero con ello tu vida cobrará sentido”, le dijeron para convencerlo.
El actor de “El infierno” y “Matando Cabos”, donde interpreta al narco Cochiloco y al luchador Mascarita, los escuchaba atento; había asistido a la reunión por una amiga, pero estaba firme en su negativa.
“No creo en la política, los políticos son los peores actores del mundo; aquellos que les creen, de plano, son audiencias muy cuestionables. Cómo pueden creerle a un político si se sabe que su única búsqueda es convencerte aun y cuando usen mentiras, no tienen ningún recato, ni respeto”, dice a EL UNIVERSAL.
De López Obrador se ha distanciado. Hace un sexenio hasta hizo campaña a su favor, pero luego se desencantó por sus acciones, entre ellas, la falta de apoyo a la cultura y la poca atención a la ecología, dejándolo patente en sus redes sociales, desde donde critica varias de sus acciones y, por ende, usuarios se le van encima.
Eso sí, no deja de reconocer aciertos, como el aumento al salario mínimo y el apoyo a adultos mayores, pero no es suficiente.
“El presidente dice mentira, tras mentira, tras mentira. Su programa de salud fue de las cosas que fallaron drásticamente. De pronto el obradorismo es una cuestión más de fe, no son los hechos lo que los seguidores de él ven, sino que es una fe ciega, un acto de constricción y entrega hacia un líder”, destaca.
“La verdad es que (los comentarios en redes) los hago por diversión, me encanta eso. Pican el anzuelo, algunos veo que son como bots, pero la gente luego se mete a defender lo que pienso”, asegura.
Cosío tiene esperanza de que las cosas cambien en el próximo sexenio, aunque no ve indicadores que apunten a ello. Lo que sí tiene claro es que jamás permitirá que su postura política lo aleje de amistades como la de Damián Alcázar (“La ley de Herodes”), ferviente seguidor de la llamada 4T, con quien hasta ahora ha trabajado sin problemas, como en la cinta “¡Que viva México!”
“Estamos mucho más allá de eso, jamás hemos tenido una discusión. Lo respeto absolutamente y si en algún momento su amistad estuviera en peligro por mi posición política, podría yo cambiarla, porque la política no me interesa, no le tengo ningún tipo de aprecio”, recalca.
