La policía francesa arrestó injustamente a 6 miembros de mi equipo de CitizenGO mientras estaban en París llevando el mensaje pacífico en nuestro autobús contra los ataques y las burlas hacia los cristianos en la ceremonia de inauguración de las Olimpiadas.
En un giro cruel de ironía, mientras pedían que cesaran los ataques, ellos mismos fueron atacados. Mientras buscaban acabar con las burlas, fueron humillados. Fueron detenidos, esposados y encerrados – su dignidad fue vulnerada y sus derechos básicos negados – todo por atreverse a defender nuestra fe. Esto no fue solo un arresto; fue un intento de silenciarnos, de humillarnos y de negar nuestros derechos básicos.
Lo anterior fue denunciado en redes y correos por Sebastian Lukomski, de CitizenGO.
CitizenGO estuvo en París exigiendo que el Comité Olímpico Internacional (COI) se disculpe por burlarse de los cristianos durante su ceremonia de apertura y por silenciar a los atletas cristianos que deseaban hacer declaraciones públicas sobre su fe.
Teníamos un autobús con un mensaje dirigido al COI que decía «Detengan los Ataques contra los Cristianos»… era un autobús completamente permitido en las calles de París y Francia.
Pero lo que nuestro equipo enfrentó fue la respuesta no de un gobierno democrático, sino de un régimen anti-cristiano, anti-libertad, y decidido a aplastar cualquier resistencia a la ideología radical LGBTQ detrás de la pervertida ceremonia de apertura de las Olimpiadas de París, denunció Lukomski.
En pocas horas, la policía francesa, actuando como tiranos, se abalanzó y arrestó a nuestro equipo. Fueron engañados, despojados, registrados y se les negó acceso a abogados personales o a la llamada que por ley tenían derecho a hacer a sus consulados. Fueron detenidos – algunos incluso sin comida ni agua, y dejados en una celda hasta altas horas de la madrugada – ¡todo sin ningún fundamento legal!