Las elecciones presidenciales en Estados Unidos está siendo muy reñidas. Aunque es probable que gane Trump, todo depende de tres estados muy concretos.
Tres estados serán claves para decidir las elecciones
A la vista de los resultados que publica Fox News, todo va a depender de lo que pase en Pensilvania, Michigan y Wisconsin, si bien los resultados que ofrece esa cadena son, en estos momentos, favorables a Trump. Wisconsin parece ya casi asegurado, y con los datos actuales, aunque consiguiese Pensilvania y Nevada, Biden se llevaría 264 votos, y le hacen falta 270 para ganar.
Los grandes derrotados: los medios y las encuestas demoscópicas
A la espera de que se conozcan los resultados definitivos -posiblemente haya que esperar incluso a recursos judiciales para conocerlos-, los datos que tenemos de estas elecciones ya arrojan a unos grandes perdedores, y por goleada. Y no es ninguna sorpresa: son los mismos que ya quedaron en ridículo en las elecciones presidenciales de 2016, que llevaron a Trump a la Casa Blanca. Me refiero a los medios de comunicación y las empresas demoscópicas.
Un nuevo ridículo de los medios: estaban casi todos contra Trump
Como ya ocurrió hace cuatro años, Trump ha tenido que afrontar su campaña para la reelección con la amplia mayoría de los medios en contra, en una campaña de demonización difícil de recordar en cualquier país democrático (si exceptuamos la que sufrió el propio Trump en 2016, claro). Esos mismos medios, así como Twitter, se han esforzado en tapar los trapos sucios de Biden, en un caso de partidismo mediático que resulta más que escandaloso. Los medios no aprendieron la lección de 2016 y con estos nuevos comicios han decidido tirar por la borda el poco prestigio que ya les quedaba, quedando una vez más en ridículo ante toda su audiencia.
Se han utilizan las encuestas para orientar el voto una vez más
En cuanto a las empresas demoscópicas, muy pocas daban un resultado tan ajustado. La mayoría daba como vencedor a Biden, como ya ocurrió en 2016 con Clinton. Una vez más han fallado estrepitosamente en sus previsiones, hasta tal extremo que ya resulta lógico preguntarse si se dedican a hacer sondeos de opinión o campañas de propaganda, porque es indudable -y ellos lo saben- que muchas personas se dejan llevar por las encuestas. En este caso, como ya sucedió hace cuatro años, el sectarismo de los medios ha formado un cóctel explosivo con los sondeos sesgados, realimentándose entre sí y contribuyendo, entre ambos, a un bochornoso intento de manipular a los ciudadanos estadounidenses.
La reacción agresiva de una oligarquía política y empresarial
El ajustadísimo resultado electoral en EEUU va a provocar una gran polémica política (ya la está provocando), lo cual no es bueno para ningún país. Lo peor en este escenario sería que se repitiesen los actos de violencia de la extrema izquierda que ya vimos esta noche. Es muy grave que algunos se intenten servir del uso de la fuerza para conseguir lo que no son capaces de lograr en las urnas, incluso teniendo el apoyo de la amplia mayoría de los medios y de las empresas demoscópicas, e incluso la censura a su favor en las redes sociales. Lo que hemos visto es la reacción agresiva de una oligarquía política y empresarial cuando la democracia no sale a su gusto, y eso es muy, muy alarmante.