Tras pasar 12 años en el poder, Benjamin Netanyahu dejó este domingo de ser primer ministro de Israel.
No se fue voluntariamente. El líder del derechista partido Likud fue desalojado gracias la conformación de una inusitada coalición que abarca a partidos de tendencias ideológicas y políticas muy distintas, pero unidos en una sola cosa: su deseo de sacar del poder al primer ministro Benjamin Netanyahu.
La salida de Netanyahu quedó sellada este domingo en una cerrada votación en la Knéset (Parlamento) en la que cada voto contaba.
Con 60 votos a favor, 59 en contra y una abstención, los legisladores israelíes dieron luz verde a la conformación del llamado «gobierno del cambio»que,más allá de desalojar a Netanyahu del poder, tendrá el reto de poner fin a dos años de estancamiento político en ese país que ha vivido cuatro elecciones en los últimos dos años.
El nuevo gobierno está encabezado por el derechista Naftali Bennett, del partido Yamina, pero el verdadero motor para su conformación ha sido Yair Lapid, líder del partido de centro laico Yesh Atid.
Fue Lapid quien, con mucha paciencia y mano izquierda, logró tejer una coalición tan dispar, nunca antes vista en Israel, que logró poner fin al gobierno de Netanyahu, un político reconocido por su impresionante capacidad de supervivencia.
¿Quiénes forman esta coalición del llamado «gobierno del cambio» y por qué se unieron para poner fin al mandato de Netanyahu?
A principios de mayo, el presidente Reuven Rivlin, le encargó a Yair Lapid, el líder de la oposición en el Knéset, la formación de un nuevo gobierno y le dio de plazo hasta la medianoche del 2 de junio.
Si no lo lograba, seguiría el estancamiento político en que ha estado sumido Israel durante los últimos dos años y se presentaría la probabilidad de realizar una nueva elección, la quinta en 24 meses.
Pero a último minuto, a las 23:22 del 2 de junio, Lapid le informó a Rivlin que había formado una alianza de ocho partidos.
Esta nueva alianza es una inusual coalición que incluye una diversa gama de ideologías, con partidos de derecha (Yamina, Israel Beitenu y Tikva Hadashá), de centro (Yesh Atid y Azul y Blanco), de izquierda (Laborista y Meretz), y, por primer vez en la historia de Israel, un partido islámico árabe israelí: Ra’am.
«El gobierno hará todo lo que pueda para unir cada parte de la sociedad israelí», dijo Lapid en un comunicado poco después de hablar con Rivlin.
Entonces, muchos se preguntaron si la coalición sería capaz de mantenerse unida durante los días que faltaban para la sesión de la Knéset que aprobaría la conformación del nuevo gobierno y que, finalmente, se realizó este domingo.
«Las negociaciones han sido muy duras y ésta va a ser una coalición muy frágil», explicó entonces la corresponsal de la BBC en Jerusalén, Yolande Knell.
«La gente se pregunta si realmente podrá funcionar porque incluye una formación muy incompatible (de partidos) de todo el espectro político. Muchos se preguntan cómo va a poder legislar en los temas sumamente sensibles que siempre surgen en la política israelí, como el asunto palestino y las áreas donde la religión y la política siempre se entrecruzan», agregó la corresponsal.
