MÉXICO.- Cultivar tus propias fresas en casa no es tan difícil como parece.
Si se te antoja iniciar un pequeño huerto para poder ponerle fresas a todos los alimentos y bebidas que se te antojen, en esta nota te enseñamos.
CÓMO CULTIVAR FRESAS EN MACETA
No es necesario tener un jardín enorme para desarrollar nuestros propios cultivos. Las fresas, en particular, son ideales por su crecimiento rápido y adaptabilidad. Puedes plantarlas en cestas colgantes, macetas de terracota, jardineras especiales para fresas, incluso en huacales.
Plantar tus fresas en maceta tiene una gran ventaja. Sí, la planta que se consigue es pequeña (necesitas podarla para conservarla con buena salud), pero tiene la particularidad de que puedes moverla para seguir al sol y disfrutar de más luz y calor. En invierno las puedes meter para huir de las heladas. También es fácil esquivar el interés de plagas de hormigas y caracoles, así como otras enfermedades transmitidas por el suelo.
¿CUÁNDO PLANTAR TUS FRESAS?
Te recomiendo que las plantes a finales de la primavera y principios del verano, pero antes de que la plantes en maceta, debes preparar tu semilla.
Hay dos opciones, inicia la siembra en un semillero en época de frío (invierno). Puedes utilizar un frasco de vidrio y tierra preparada fértil. Las semillas necesitan algo de frío para germinar. Necesitas mucha paciencia. Aumentarás tu probabilidad de éxito de germinación si metes si metes un par de semanas antes las semillas en el congelador y luego las plantas.
Otra forma es, literal, colocar en el refri tus semillas junto con un algodón húmedo que deberás cambiar con frecuencia. Cuando veas los hilitos de raíz, ya puedes pasarlos a tu semillero.
ELIGE UNA MACETA BIEN DRENADA
Una vez que tengas tu semilla germinada, coloca la planta en una maceta. Si tienes varias plantas asegúrate de que tengan espacio entre ellas, unos 30 centímetros. Es muy importante que las macetas que utilices tengan un buen sistema de drenaje.
Ten en cuenta que si la maceta es muy pequeña deberás regar tu planta con más frecuencia, pues las fresas requieren mucha agua. Lo ideal es que tu maceta contenga al menos unos 2.5 kilos de sustrato para que pueda desarrollar bien sus raíces.
Es buena idea que agregues a tu tierra un poco de arcilla para que conserve la humedad, pero ten cuidado y vigila que esté bien drenada porque corres el riesgo de que la raíz se pudra o le salgan hongos. Recuerda añadir a tu sustrato una buena cantidad de abono o humus antes de trasplantar tu semilla germinada.
ILUMINACIÓN
Les encanta el sol, así que escoge un lugar soleado donde les de unas siete horas de luz solar directa. Si solo tienes espacio en sombra, también la tolera bastante bien, pero su producción es menor.
REPRODUCCIÓN
Conviene que vayas sustituyendo tu planta con “sus propias hijas” cada dos o tres años, pus con el tiempo su producción disminuye. Una vez que tienes tu fresal, es fácil propagar, puedes reproducir por estolón (tallos largos) o división de matas.
COSECHA
Recolecta las fresas cuando estén maduras, conforme van saliendo. Cuando empiecen a aparecer, puedes colocar unos cinco centímetros de paja limpia para protegerlas de las salpicaduras de tierra cuando llueve o se riega. Lo ideal es que la fruta no entre en contacto con el sustrato, de esta forma evitas que se pudra. Si no quieres agregar paja, solo asegúrate de aplicar agua con cuidado. Levanta las hojas y aplica a la tierra.
Ojo, es importante que coloques una red sobre tu maceta o los pájaros comenzarán a atrapar tus frutas. Una vez finalizada la cosecha, corta el follaje para dejar intactas las hojas jóvenes centrales.
