Algo queda claro: la cumbre entre el presidente ruso Vladimir Putin y su par estadounidense Joe Biden este miércoles en Ginebra, su primer encuentro cara a cara, no será amistosa.
Para empezar, Rusia acaba de incluir a Estados Unidos en su lista oficial de «países hostiles».
Y tanto Washington como Moscú señalan que sus relaciones diplomáticas están en su punto más bajo. Ninguna de las dos naciones tiene un embajador en la otra y varios altos funcionarios rusos tienen sanciones por parte de EE.UU. por diversas razones, desde la anexión de Crimea en 2014 hasta la interferencia en las elecciones estadounidenses.
Por el otro bando, dos exsoldados de EE.UU. están ahora en prisiones rusas, acusados de espionaje.
Pero como si esto no fuera suficiente, en una entrevista de marzo de este año, Biden sostuvo que Vladimir Putin era un «asesino».
Y a pesar de todo, estos dos hombres se van a reunir como líderes de sus respectivas naciones por primera vez y hay quien en Rusia lo ve ya como un gran logro.
