La tendencia de una vida estudiantil apegada casi en su totalidad a la tecnología tiene varios años gestándose en las universidades. Hoy más que nunca con la obligada educación a distancia, las tecnologías de la información y comunicación son una herramienta indispensable para mejorar el desarrollo estudiantil. Lejos han quedado los tiempos de la pluma y el papel, pues ahora lo que necesitamos para cursar de buen modo las materias es una computadora, una tableta o un teléfono inteligente, siempre con una buena selección de aplicaciones para enriquecer la formación educativa.
Scribd: Más allá del libro de texto, el aprendizaje se enriquece mucho con la bibliografía extra a la que podamos tener acceso. En otra circunstancia el espacio para adentrarse en esas lecturas sería la biblioteca, pero en la virtualidad podemos acceder a millones de contenidos en esta App, con recursos en muchos idiomas y la oportunidad de encontrar las lecturas adecuadas a un clic de distancia.
Noteshelf: La vida cotidiana del estudiante promedio está llena de actividades. Es frecuente que a cualquier hora del día nos vengan soluciones a ciertas problemáticas de las materias o las tareas. Para ello es recomendable tener un lugar donde anotar esas ideas, y para esto están aplicaciones como Noteshelf, que evitan que se nos escape cualquier pensamiento al poder hacer anotaciones rápidamente.
Simple Flash Cards: Esta App propone la versión virtual de las “tarjetas de estudio”, una práctica a veces un tanto olvidada pero que funciona a la perfección para adquirir y memorizar nuevos conocimientos con facilidad. Esta y otras Apps similares nos permiten crear nuestras propias tarjetas. Su uso varía según los fines que le queramos dar: en el aprendizaje de idiomas por un lado podemos colocar una palabra en inglés, por ejemplo, con la traducción al español en el otro lado virtual.
Chegg: Con el nombre de Chegg se enmarcan varias Apps, todas ellas enfocadas en mejorar el desempeño de los estudiantes. La variedad de sus productos incluyen entrenadores de matemáticas, las llamadas “flash cards” para estudiar y memorizar datos, además de un lector electrónico, por ejemplo.
Trello: Por más buena memoria que tengamos, siempre habrá algo que se nos escape. Por ello no hay que legarle la lista de pendientes a nuestra memoria. En otros tiempos las agendas y las clásicas notas adhesivas eran una herramienta viable para recordarnos las actividades diarias, pero hoy en día contamos con Trello, una App para organizar y planear las actividades escolares (ojo, también las laborales).
Diccionario RAE: En un mundo donde la mayoría de las comunicaciones laborales se realizan con textos escritos (desde el mensaje de texto hasta el correo electrónico o las presentaciones), una buena ortografía siempre será sinónimo de cuidado y preparación. Nunca está de más tener esta útil App para comprobar cómo se escriben las palabras.
Zoom: La educación a distancia ha echado mano de esta aplicación para reunir a los estudiantes de una manera eficaz. En vista de que el regreso al salón de clases demorará todavía un tiempo indeterminado, tener Zoom a la mano nos facilita conectarnos no solo a las sesiones con cada profesor, pues también es un buen punto de encuentro para colaborar en los trabajos en equipo.
My Study Life: Tanto para maestros como para alumnos, esta aplicación ofrece un enfoque distinto en cuanto a la organización de la vida estudiantil. Además de una agenda integrada y recordatorios programados, My Study Life cuenta con la opción de planificar según cada materia (para los estudiantes) o por grupos (para los maestros).
EDx: La educación no debería ser un proceso que se ciñe al currículum de cada programa educativo. Hoy más que nunca la enseñanza permite enriquecer los conocimientos de las personas: cursos y diplomados son cada vez más socorridos para ensanchar los conocimientos en las áreas de interés. EDx (al igual que otras aplicaciones como Coursera), sirven como un complemento educativo al abrir una ventana y permitirnos tomar clases en una gran variedad de universidades.