Aleks Syntek celebra su 35° aniversario con un show en en el Auditorio Nacional y, como cualquier cumpleaños, digno de celebrarse, contó con la presencia de una invitada Karla Breu que, encendió motores, con sus baladas tipo soul.
Antes de que Aleks saliera al escenario, se proyectaron una serie de fotografías que hicieron un recorrido visual por toda su trayectoria.
Como él ha rememorado, en sus inicios, no fue sencillo hacerse de un lugar en el mundo de la música; debido a su participación en el programa «Chiquilladas», cuando era un infante, las personas no dejaban de asociarlo con el pequeño que daba vida a «Brutus» de Popeye.
Más adelante vivió el relegó en el género del pop y la incomprensión en la escena del rock; era un espécimen inusual, figurativamente hablando, pero eso, precisamente, lo llevó a ganarse un cariño especial por parte de sus fans que, esta noche, se reúnen para hacer un recorrido no sólo en la carrera de Syntek, sino a través del soundtrack que los ha acompañado a lo largo de su vida.
Un DJ se presentó en el escenario e hizo una mezcla de varios temas del cantante que, a inicios de carrera, adoptó el apellido ficticio, cabe aclarar, de «Syntek», por eso de que no tenía teclado propio y siempre pedía uno prestado con sus amigos músicos; esta noche se jactó de haberse convertido en «el señor de los teclados».
Agradecido, por lograr solo out, el cantante denominó al Auditorio Nacional como un «templo de la música», antes de interpretar uno de los temas que hiciera famoso con «La gente normal», «El camino», en 1993.
