Los equipamientos de Chris Rollins, del Instituto Geofísico dependiente de la Universidad de Alaska en Fairbanks, USA, ha llegado a la conclusión de que la pérdida de hielo cerca del Parque Nacional de la Bahía de los Glaciares ha influido en la fecha y la localización de los terremotos de intensidad 5,0 o preeminente en el sector a lo extenso de el último siglo.
El cambio climático está ocasionando una pérdida neta de hielo, debido a lo cual el ascenso de terrenos es un fenómeno más común que en los siglos pasados inicialmente de la Revolución Industrial.
En el análisis, los estudiosos han encontrado una interacción entre el desplazamiento expansivo del manto con los gigantes terremotos que se desencadenan en el sudeste de Alaska, donde los glaciares llevan bastante más de 200 años derritiéndose.
No obstante, la desaparición de los glaciares produce por su lado que el suelo del sudeste de Alaska se eleve a unos 2,5 cm por año.
Rollins ejecutó simulaciones con modelos del desplazamiento del suelo y de la pérdida de hielo a partir de 1770, encontrando una sutil sin embargo inequívoca correlación entre los terremotos y el ascenso del suelo por la desaparición de hielo.
Una vez que los estudiosos combinaron sus mapas de pérdida de hielo y tensión de cizallamiento con los registros sísmicos a partir de hoy hasta 1920, descubrieron que la mayor parte de los enormes terremotos estaban correlacionados con la tensión del ascenso del suelo a largo plazo.
